En el siglo XVI había varios ajedrecistas que, aunque no eran profesionales, ya gozaban de una reputación y privilegio por sus habilidades ajedrecísticas, en gran parte gracias a la afición de algunos gobernantes europeos por el juego. Algunos de los más famosos de este período fueron los españoles Alfonso Cerón (1535-16). . Estos tres últimos incluso son considerados campeones mundiales no oficiales en sus mejores años.
En 1575, el rey Felipe II de España invitó a estos cuatro jugadores a un torneo en su residencia de El Escorial. Leonardo de Cutri salió victorioso y el rey le otorgó 1.000 ducados, un manto de armiño y eximió a su ciudad del pago de impuestos durante 20 años. Este evento es muy relevante para la historia del ajedrez ya que es el primero en ser documentado. La imagen que ilustra este artículo es una foto de una obra del pintor italiano Luigi Mussini, reproduciendo la ocasión. Se dice que es muy probable que todos los personajes representados en la pintura estuvieran realmente presentes durante el torneo.
Colocación de las piezas en el tablero
Una vez que conocemos el tablero y sus piezas, lo siguiente que debemos saber es cómo colocarlas en el tablero. Cuando comencemos, la ubicación de cada una de las piezas puede parecer un poco confusa, pero veremos que es muy fácil saber a dónde pertenece cada una. Si aprendes desde cero, no tengas miedo, en cinco minutos lo sabrás como si fueras un gamer y no un principiante.
Lo primero que hay que comprobar es que tenemos 32 piezas. 16 piezas blancas y 16 piezas negras. Cada palo tiene un rey, una reina, dos alfiles, dos caballos, dos torres y ocho peones.
Disposición de las piezas de ajedrez
Las piezas de ajedrez tienen una posición simétrica, es decir, si doblas el tablero por la mitad en cualquier dirección, unas piezas encajarán con otras, la única excepción es el rey y las Damas (tampoco decimos damas, decimos damas) que, como podéis ver, no se derrumbarían si dobláramos el tablero por la línea azul.
ACTIVIDADES
Marcamos una zona y les decimos que hemos escondido un tesoro. Quien lo encuentra se lo queda. Antes de eso, escribimos la casilla en un papel. Hay que insistir en que digan el nombre de la caja.